La ansiedad surge cuando el sistema nervioso simpático se activa, preparando al cuerpo para una respuesta de lucha o huida ante un peligro percibido.
Sin embargo, en muchos casos, esa amenaza no es real, sino producto de pensamientos catastróficos sobre el futuro.
La amígdala cerebral, encargada de procesar el miedo, libera cortisol, la hormona del estrés, desencadenando síntomas físicos como taquicardia, tensión muscular y dificultad para respirar.
Este bucle de pensamientos recurrentes puede ser interrumpido mediante estrategias que redirijan la atención al presente, rompiendo el ciclo de preocupación.
Aquí es donde la técnica de los 5 sentidos demuestra su eficacia.
La técnica de los 5 sentidos es versátil y accesible, puede ser utilizada durante un ataque de ansiedad o pánico, antes de situaciones estresantes o como práctica diaria para entrenar la atención plena y prevenir la acumulación de estrés.
La técnica de los 5 sentidos ofrece un alivio rápido y basado en la evidencia.
Es la más simple y, para mí, la más potente, su belleza radica en su simplicidad: al reconectar con lo tangible, recordamos que el presente es el único lugar donde la calma es posible.