Los insectos son el grupo de animales más diverso del planeta.
La variedad de formas, tamaños y colores dejan atónito a cualquiera que se inicie en su estudio, con cantidades abrumadoras de especies en cada grupo.
Sólo el orden Coleoptera (escarabajos) incluye más de 380 mil especies, seguido por Lepidoptera (mariposas y polillas) y Diptera con 160 mil especies cada uno, e Hymenoptera con 116 mil especies.
En Coleoptera, la familia Curculionidae, que agrupa escarabajos conocidos comúnmente como gorgojos, incluye la no despreciable cifra de 51 mil especies, siendo más diversa que cualquiera de las clases de vertebrados existentes.
La mayor parte de los insectos presentan distintos estados de desarrollo, lo que les ha permitido aprovechar de mejor manera los recursos, evitando la competencia intraespecífica.
Sobre el 80% de las especies tiene desarrollo holometábolo (metamorfosis completa), que incluye la fase de huevo, larva, pupa y adulto.
Entre estos insectos están los lepidópteros, cuyas larvas son masticadoras y consumen plantas u otros sustratos, mientras que los adultos sólo succionan líquidos dulces o bien no se alimentan.
La fase de huevo y la pupa no se alimentan, por lo que son capaces de resistir periodos adversos.
A modo de reflexión podemos afirmar que, para cualquiera de nosotros se nos haría imposible conocer o estudiar todas las especies de insectos que existen.
De hecho, muchos entomólogos se especializan a nivel de familia, subfamilia, tribu o incluso grupos de especies.
Además, al considerar los estados inmaduros por los que pasa cada especie de insecto, la diversidad de formas se cuadruplicaría o quintuplicaría, abrumando aún más a quien soberbiamente pretenda conocerlos todos.