Hay ciertas especies de insectos que viven muchísimo más de lo que imaginas, mientras que otras apenas viven unas horas.
La vida de toda cucaracha podrá durar apenas 1 año, pero es más que suficiente para proliferar a niveles cósmicos.
Son majestuosos al momento de adecuarse y pueden vivir más de 1 año; no es mucho para nosotros, pero sí para esta clase de insectos, créeme.
Las que viven poco son las efímeras adultas, que viven no más de 3 horas, sin embargo, antes de llegar a la adultez, viven 2 años.
Las chinches pueden pasar 18 meses enteros sin comer absolutamente nada, ¡prácticamente el 80% de sus vidas!
En el caso de las orugas lanudas, la cuestión estacional se la toman muy en serio y se pasan hibernando durante más de 2 años.
Cuando terminan, se convierten en polillas e, irónicamente, no viven más de 1 semana y media.
Para desarrollarse completamente, necesitan entre 2 y 17 años, sufren pintorescas y asombrosas metamorfosis que parecen salidas de una historia de ciencia ficción y pueden emitir sonidos que fácilmente alcanzan los 86 Hz.
La longevidad de las hormigas no es secreto, lo hemos hablado ya en más de una ocasión.
La esperanza de vida de una hormiga reina es de aproximadamente 28 años.
Las tarántulas son muy longevas y en la mayoría de las especies, la hembra puede llegar a vivir hasta 30 años.
La reina termita vive nada menos que medio siglo, es decir 50 años.
De hecho, existen ciertos registros de que, bajo determinadas circunstancias en particular, este número podría ser mayor y hasta hay científicos que aseguran que son capaces de vivir hasta 100 años.
Los bupréstidos son insectos pequeños e inofensivos, pero tienen la particularidad de meterse en la madera para dormir.
A veces mucho, mucho, pero mucho tiempo...tanto como 50 años.
Cuando despiertan, estos bupréstidos viven apenas un par de años y mueren.