La originalidad es la habilidad o la dimensión asociada con la producción de respuestas únicas, novedosas o poco usuales.
La fluidez es la habilidad para producir ideas que llenan ciertos requisitos en un tiempo limitado.
La flexibilidad es la habilidad para producir una gran cantidad de ideas, desde diferentes puntos de vista o distinta perspectiva.
La relevancia es la habilidad asociada con la profundidad y el detalle; significa explorar y expandir una idea explicándola de una forma más rica y completa que la enunciada inicialmente.
Existe amplio consenso en el sentido de considerar que los resultados creativos no se definen sólo por su componente de originalidad.
Esto significa que los resultados creativos deben satisfacer ciertos requerimientos, tener sentido dentro del ámbito en que se plantean o estar bien adaptados a una situación.
Originalidad y relevancia están de la mano en cualquier producto creativo, pero de ningún modo se encuentran en una relación fija o permanente.
Mario Letelier ha llamado la atención, por ejemplo, sobre el hecho de que producir y realizar ideas útiles, beneficiosas, oportunas, ideas que resuelven problemas, que generen rentabilidad o que eviten posibles males, en el plano profesional, es quizás más importante que producir ideas originales.
Muchas veces la originalidad es relativamente pequeña, pero puede ir acompañada de una relevancia importante.
No es siempre fácil reconocer la relevancia de las ideas, y no parece tampoco haber una receta para lograrlo.