Si su adolescente piensa asistir a la universidad o tener una profesión, converse con franqueza sobre de qué manera ser un lector hábil sería necesaria lograrlo. Busque ejemplos de personas con dislexia que perseveraron y alcanzaron sus metas. Converse sin dar sermones.
La mejor manera de fomentar la lectura es permitir que lean lo que les parezca interesante, ya sean cómics, revistas o novelas gráficas.
Los libros que elijan puede que no sean sus favoritos, pero no se oponga.
Leer es leer.
Evite cualquier impulso de censurar sus elecciones.
Busque libros dirigidos a adolescentes reacios a leer, como los que se ofrecen en Story Shares y Saddleback Educational Publishing.
También es aconsejable dejar que su hijo utilice tecnología de asistencia que facilite la lectura como los audiolibros.
Es mejor practicar con textos accesibles, que renunciar a un libro de un nivel de lectura más avanzado.
La mejor manera de propiciar la lectura en su hogar es que usted lea con frecuencia.
Mientras los niños más vean a sus padres leyendo, más probable será que sigan el ejemplo.
Los adolescentes son aún más resistentes a cualquier mensaje que implique haz lo que digo, no lo que hago.
Tenga conversaciones relevantes sobre lo que su hijo lee.
Hágale preguntas y promueva el debate.
Cree un ambiente de reflexión.
Hablar con frecuencia sobre lo que los niños leen puede beneficiar de diversas maneras.
Los adolescentes que tienen o TDAH podrían preferir hablar sobre una historia en vez de leerla.
favorezca que permanezcan motivados haciendo que lean pasajes cortos y que luego los discutan.
Cuando los adolescentes son reacios a leer, usted querrá evitar que dejen de leer por completo.
Esto quiere decir evitar dar opiniones negativas acerca de lo que leen.
Si a usted no le gustan las historias de vampiros que le gustan a su hijo, no lo critique.
Si usted considera que leer un libro es mejor que leer una revista, no lo diga si su adolescente está leyendo una revista.
Sea tolerante y fomente la lectura sin importar el formato que tenga.
Los lectores que se enganchan al primer libro de una serie suelen querer seguir leyendo los libros que le siguen.
Comenzar un libro puede ser atemorizante para los adolescentes que piensan y aprenden de manera diferente
Sin embargo, la familiaridad de una serie puede facilitar el entendimiento del texto y reducir el rechazo asociado con comenzar una nueva lectura.
Encuentre los personajes o los temas apropiados y hasta los lectores reacios estarán ansiosos de leer el próximo libro de la serie.
Los estudiantes de bachillerato que leen con dificultad puede que hayan perdido la motivación de mejorar sus destrezas lectoras.
No obstante, usted puede fomentar su motivación relacionando la importancia de leer con sus intereses.
Por ejemplo, si a su adolescente le gustaría trabajar con animales, muéstrele que es necesario leer para aprender sobre la veterinaria.
Si a su hijo le gusta enviar textos a sus amistades y publicar en las redes sociales, usted puede asignarle pequeñas tareas que aprovechen esos intereses.
Por ejemplo, anímelo a que siga un blog y a leerle comentarios interesantes ocasionalmente.
O podría pedirle que busque y haga una lista de abreviaciones que las personas usan en los textos.
Resalte las maneras en que su adolescente puede utilizar la lectura para estar actualizado de lo que pasa en el mundo.
Anímelo a leer un periódico o subscribirse a una revista.
Leer podría ser algo frustrante o aburrido para los adolescentes que piensan y aprenden de manera diferente.
Sin embargo, si a su adolescente le interesa la música, los deportes, la política u otra cosa, siempre habrá algo que leer.