Los bebés tienen más huesos.
Manos y pies, las zonas más huesudas.
Huesos para oír mejor.
Los dientes no cuentan.
24 costillas… casi siempre.
22 huesos entre el cráneo y la cara.
Las mismas vértebras en el cuello que una jirafa.
Entre todos suponen un 15% del peso del cuerpo.
Cuando un bebé nace, su esqueleto puede contener más de 300 huesos, pero a medida que crecen algunos de ellos se van fundiendo entre sí, dejando paso a la cifra definitiva antes mencionada.
Concretamente, cada mano tiene 27 huesos y cada pie 26, por lo que en total se componen de 106, dejando sólo una centena de piezas óseas para el resto del cuerpo.
Éste es el caso de los seis huesecillos presentes en los oídos, pues su función es esencial para la audición, al ayudar a que se transmita el movimiento del tímpano al oído interno.
Aunque los dientes también se consideran huesos, no forman parte de los 206 del esqueleto, sino que se contabilizan aparte, suponiendo un total de 20 dientes de leche y entre 28 y 32 dientes permanentes.
La mayorías de los humanos tienen 24 costillas en su esqueleto-12 en cada lado-aunque en casos muy excepcionales-1 de cada 500 nacimientos- puede haber una vigésimo quinta costilla, denominada costilla cervical.
Aunque unos seres humanos parecen tener la cara y la cabeza más duras que otros, en general todos tienen el mismo número de huesos, concretamente 8 en el cráneo y 14 en la cara.
Aunque pueda parecer imposible, el truco se encuentra en sus dimensiones, ya que estas piezas óseas en las jirafas miden 20veces más que las humanas.
Aunque puedan parecer ligeros, entre todos los huesos constituyen alrededor de un 15% del peso total del cuerpo humano.