La escucha activa es una habilidad fundamental en el ámbito educativo que promueve una comunicación efectiva entre docentes y estudiantes, fomenta la empatía y contribuye a crear un ambiente de aprendizaje inclusivo.
La escucha activa es una práctica consciente que consiste en escuchar para comprender y no solo para oír.
Se encuentra dentro de la categoría de la escucha empática, ya que requiere atención plena, empatía y la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona.
La escucha activa no solo mejora la comunicación en el ámbito educativo, sino que también fomenta un ambiente de aprendizaje positivo e inclusivo.
La escucha activa es una que puede desarrollarse y perfeccionarse con práctica constante.
Practicar la escucha activa en el aula ofrece múltiples ventajas tanto para docentes como para estudiantes.
Aplicar las técnicas y estrategias mencionadas no solo fortalece la relación entre docentes y estudiantes, sino que también enriquece el proceso de enseñanza y aprendizaje.
En términos simples, la escucha activa implica concentrarse completamente en el mensaje del interlocutor, dejando de lado distracciones, juicios o pensamientos propios.
Una técnica clave para practicar la escucha activa es el parafraseo, que asegura que el mensaje haya sido entendido correctamente.
Existen diversos tipos de escucha activa.
En el ámbito de la educación, estos son los más relevantes.